15 febrero, 2018

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Por Aurelio Gurrea Martínez

El pasado 14 de febrero de 2018 se hizo público el plan de actividades de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para el año 2018. Entre estas actividades, nos ha llamado especialmente la atención –por necesaria y vanguardista– la creación de una nueva Subdirección de Fintech y Ciberseguridad, destinada a promover –según indica la propia CNMV en su plan de actividades– iniciativas como el análisis de las posibles aplicaciones de blockchain en el mercado de valores, las posibilidades del regtech, o la publicación de criterios de regulación y supervisión en relación a las criptomonedas y las Initial Coin Offerings (ICOs).

Debido a la importancia de las nuevas tecnologías para el sistema financiero, las amenazas de ciberseguridad a las que están expuestas las empresas, las potencialidades que el uso de blockchain podría tener para el Derecho de sociedades y el mercado de valores, y la creciente preocupación a nivel internacional sobre el uso, regulación y supervisión de las criptomonedas y las ICOs, creemos que la creación de esta subdirección no sólo resulta necesaria sino que, además, podría situar a España a la vanguardia internacional en el estudio e investigación sobre las materias relacionadas con el uso y aplicación de las nuevas tecnologías en los mercados de valores.

No obstante lo anterior, el éxito de esta medida dependerá esencialmente del equipo que vaya a integrar esta unidad de fintech y ciberseguridad, y, sobre todo, de la persona que vaya a dirigir esta nueva subdirección. De lo contrario, no sólo resultarán en vano los esfuerzos materiales y humanos potencialmente dedicados a la creación de esta nueva subdirección, sino que, además, podría perjudicarse el posicionamiento de nuestro país como centro financiero internacional, e incluso –si no se afrontan convenientemente los retos regulatorios que plantea el uso de las nuevas tecnologías en los mercados de valores– la propia confianza y reputación de nuestro sistema financiero.

A tal efecto, la CNMV debería designar a una persona que, con independencia de su nacionalidad, tenga una reconocida formación y trayectoria a nivel internacional en materia de regulación financiera y nuevas tecnologías. En este sentido, creemos que el reconocimiento del mercado y la formación y experiencia internacionales constituyen la mejor garantía para asegurar que el candidato cumple con el requisito de conocer el debate internacional, que creemos imprescindible para este puesto. Por tanto, debe evitar caerse en los tradicionales problemas de endogamia o localismos, en el sentido de nombrar a candidatos simplemente por el hecho de ser españoles o de pertener a la CNMV.

También debería evitar caerse en el problema de nombrar a algún “falso experto”, especialmente frecuentes en sectores o áreas científicas en las que existe un creciente interés, como es el caso de la innovación financiera y la economía digital. En algunos casos, este “experto”  puede ser una persona que, de manera deliberada, intenta engañar al mercado por un ánimo normalmente lucrativo. No obstante, en otras circunstancias (probablemente la mayoría), también existen personas que, de buena fe, se consideran “expertos” en una determinada disciplina, simplemente por no conocer el universo del conocimiento (medido con respecto al debate internacional), o por el problema de la sobreconfianza puesto de manifiesto por la psicología y la economía conductual. En todo caso, la existencia en el mercado de ambos tipos de “expertos” puede dificultar la identificación de los verdaderos expertos.

En una carta dirigida a la CNMV, y con el propósito de facilitar el proceso de discusión y evaluación de posibles candidatos a liderar esta nueva subdirección, el Instituto Iberoamericano de Derecho y Finanzas ha decidido proponer tres posibles nombres para ocupar el puesto de subdirector de fintech y ciberseguridad de la CNMV. En este sentido, los nombres propuestos corresponden con personas con acreditada solvencia a nivel internacional en materia de fintech, regtech y el impacto de las nuevas tecnologías en el derecho y las finanzas. Estos candidatos, que enumeramos por orden alfabético, y cuya disponibilidad para ocupar el puesto desconocemos, serían los siguientes:

  • Werner Bijkerk. Economista y ex director del departamento de Investigación de IOSCO, con experiencia en la regulación y supervisión de mercado de valores a nivel internacional, y responsable de la elaboración de diversos documentos técnicos de IOSCO, entre los que se encuentran diversos trabajos sobre Ciberseguridad y Fintech. Ha sido investigador en diversas instituciones académicas, y es ponente habitual en eventos de regulación financiera.
  • Almudena de la Mata. Abogada, letrada en excedencia del Banco de España, con un doctorado en Derecho por el Instituto Max Planck de Hamburgo. Académica correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Es experta en regulación financiera, economía digital y fundadora de Blockchain España. Directora del Europea Credit Research Institute e investigadora del Centre for European Policy Studies. Ha sido Asesora del Bundesbank y de la Comisión Europea y es ponente habitual en diversos foros nacionales e internacionales en materia de regulación financiera, fintech y legaltech. Coordina el curso de Experto Legal en Blockchain, Smart Contracts, ICOs y DAOs que se imparte regularmente en España.
  • Nydia Remolina. Abogada, profesora de regulación financiera internacional y asesora para innovación, regulación y transformación digital en el Grupo Bancolombia. Ha sido consultora de la OCDE, abogada de Sullivan & Cromwell en Nueva York, y cuenta con estudios de posgrado en la Universidad de Stanford. Es ponente habitual en diversos foros internacionales en materia de fintech, regtech y legaltech, incluyendo eventos organizados por IOSCO (invitada por la CNMV y FIFED) y el Fondo Monetario Internacional (en representación de Sullivan & Cromwell).

Asimismo, en la citada carta dirigida a la CNMV también se propone contar con algunos consultores externos (al menos en la etapa inicial de la subdirección) de reconocido prestigio internacional, como pudieran ser Douglas Arner (Profesor de la Universidad de Hong Kong y principal autoridad mundial en materia de fintech y regtech) o Marco Santori (Abogado especializado en nuevas tecnologías, promotor de la Iniciativa Blockchain de Delaware y consultor del Fondo Monetario Internacional).

Por supuesto,  los candidatos propuestos no son los únicos expertos que conocen el debate internacional en materia de fintech, regtech, legaltech y ciberseguridad (que, a nuestro modo de ver, es el requisito imprescindible para el puesto). Tan sólo son personas que, con su formación, experiencia y participación en foros internacionales han acreditado de manera solvente este requisito, y, además, todos tienen un excelente manejo del español (por ser su lengua nativa o por haberlo adquirido), que creemos que debería ser un aspecto positivo a considerar para el puesto. Por tanto, todos ellos podrían ser candidatos idóneos para el cargo de subdirector de fintech y ciberseguridad en la CNMV.

Sin embargo, y a pesar de que nuestra finalidad sea facilitar el proceso de elección del candidato, pensamos que es tarea de todos sugerir posibles candidatos para esta nueva Subdirección de fintech y ciberseguridad, máxime, teniendo en cuenta que la CNMV se enfrenta a dos grandes desafíos. Por un lado, la novedad y complejidad de estas materias hacen que no existan demasiadas personas en España (ni siquiera en el mundo) que sean verdaderos expertos en estas disciplinas. Por otro lado, el interés intelectual, profesional y/o económico que ha despertado el auge de la innovación financiera y la economía digital ha generado un inmenso “market for lemons” (utilizando la terminología de Akerlof) en la que muchos aclaman ser expertos (aunque no conozcan el debate internacional y/o, simplemente, se limiten a reproducir cuestiones generales sin demasiado detalle o profundidad),  y resulta difícil distinguir quién sabe y quién no. En consecuencia, nos corresponde a todos intentar deshacer los efectos perversos de este “market for lemons” e intentar identificar a los verdaderos expertos.

En todo caso, y con independencia de quién resulte finalmente elegido para el puesto, nuestra mejor recomendación para la CNMV es, simplemente, intentar evitar caer en el problema de los “falsos expertos”, o de nombrar a alguien conocido simplemente porque tengan experiencia en la CNMV o en cuestiones generales de regulación financiera. También resulta necesario evitar el localismo de nombrar a alguien sólo por ser español. Por tanto, aquí nuestra principal recomendación: miremos al mundo, y veamos quiénes son las personas más idóneas para el puesto, a partir del conocimiento y experiencia que hayan probado tener sobre el debate internacional. Sólo de esta manera lograremos situar a España a la vanguardia de la regulación financiera y el uso de las nuevas tecnologías, en el caso de que, tal y como creemos, ésta sea la finalidad pretendida por la CNMV.